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Ninguna persona está libre de sufrir un accidente o enfermedad que afecte gravemente a su vida, hasta el punto de que necesite de la ayuda de otras personas para realizar las tareas más básicas. Si llegase este indeseado momento, ¿estarías preparado para superar más dificultades de las necesarias? En Espadas Ortigas te ofrecemos un producto que responderá perfectamente ante la adversidad: el seguro de vida con cobertura frente a la dependencia.
La esperanza de vida es más alta y el riesgo aumenta, nunca se sabe cuándo puede llegar el momento, pero sí que está en tu mano estar preparado para ello y no tener que superar más dificultades de las necesarias.
Dependencia severa
Gran dependencia
Los seguros de vida-dependencia se encuentran en expansión en España, ya que los datos demográficos nos indican un aumento de la esperanza de vida y una bajada de la natalidad. Frente a esta situación, encontramos que el riesgo de vernos en la necesidad de contar con ayuda de terceras personas para realizar las tareas más básicas está en crecimiento, bien sea por causa de la edad o por haber sufrido un accidente o enfermedad que limite nuestra independencia.
Un 2,6% de la población tiene reconocida la situación de dependencia y ante dicha problemática se creó la Ley de Dependencia, con la finalidad de dar respuesta a las demandas de este sector de la sociedad con apoyo económico y asistencial. No obstante, la realidad es bien distinta, ya que debido a distintas causas muchas de las personas con acreditación de dependencia no reciben ninguna ayuda o la que reciben es insuficiente en la mayoría de los casos para hacer frente a los gastos que ocasiona recibir ayuda diariamente.
Contar con un seguro de dependencia nos aportará grandes ventajas. Entre ellas destaca la inmediatez a la hora de recibir el capital desde el momento en el que nos certifican la situación de dependencia, pudiendo ser ésta de dos tipos: dependencia severa (necesidad de ayuda diaria para determinadas acciones básicas) o gran dependencia (necesidad de ayuda permanente para cualquier tarea). También encontramos distintas opciones para disponer del capital en caso de cumplir con los requisitos, pudiendo cobrar todo en capital de una vez o recibirlo en forma de renta periódica, e incluso se podría elegir beneficiarse del seguro recibiendo la ayuda en forma de servicios de asistencia (ayuda a domicilio, teleasistencia, cuidado personal, estancia en residencia, etc.).
Por último, mencionaremos que este producto tiene ventajas fiscales al igual que los Planes de Pensiones, pudiendo desgravarte hasta un 56% de la prima pagada.
No, estamos hablando de un producto independiente, aunque se puede dar el caso de que algún seguro de vida-riesgo tenga incluida esta cobertura si el cliente lo solicita. La duda que puede surgir viene relacionada con la garantía de incapacidad permanente, que suele ser una cobertura extra que sí que viene asociada a los seguros de vida tradicionales. Sin embargo, debemos apreciar que una incapacidad permanente no tiene por qué estar relacionada con una dependencia, mientras que una dependencia sí que suele arrastrar una incapacidad.
La principal diferencia es que, para tener derecho a la indemnización en un seguro de dependencia, ésta debe estar acreditada por las Administraciones Públicas mediante el tribunal médico correspondiente.
Porque cuando una persona es declarada dependiente es cierto que tiene derecho a recibir ayuda por parte del Estado, pero la práctica difiere de la teoría. En la actualidad son muchas las personas que ven como su prestación se retrasa repetidamente, pudiendo suponer esto problemas económicos en numerosas ocasiones. Algo semejante ocurre con las cantidades a percibir, ya que en la mayoría de los casos no alcanzan para cubrir los elevados gastos que supone la dependencia.
Habitualmente se asocia el estado de dependencia con las personas de edad avanzada. A pesar de que tiene parte de lógica, hoy en día hay un gran número de personas de todas las edades que tienen reconocida la dependencia, pues nadie elige el momento, pero la sociedad actual está expuesta continuamente a sufrir un accidente o recibir un diagnóstico de enfermedad que derive en la necesidad de ayuda constante.
La mayoría de compañías aseguradoras establecen límites alrededor de los 75 años para contratar esta póliza.